Noticia del 19 de Mayo del 2009
Según la Organización Internacional de Migraciones y Turismo, más de 3 millones de personas viajan cada año por el mundo buscando sexo con niños. La mayoría proviene de países desarrollados, son consumidores de pornografía infantil y tienen a Latinoamérica como uno de sus destinos. En Chile el fenómeno existe, aunque no engrosa la lista de las naciones más afectadas. Este convenio busca, justamente, que eso no ocurra.
De los más de 600 millones de viajes que se producen anualmente en el mundo, un 20% se hace en busca de sexo, y de éstos un 3% -cerca de tres millones de personas- confiesa su interés por tenerlo con niños. ¿Quiénes? Hombres de países desarrollados (la mayoría de EEUU, Alemania, Reino Unido, Australia y Japón) y consumidores de pornografía infantil. ¿Dónde van? Su destino favorito por años fue el sudeste asiático. Pero tras el endurecimiento de penas en esas latitudes, sus ojos se posaron en Latinoamérica que exhibe una legislación más permisiva.
El problema ya es mayúsculo en varias naciones de la región, pese a lo cual algunos gobiernos hacen vista gorda al fenómeno por el ingreso de divisas que genera el turismo en esos países. Chile rechaza esa mirada y por eso hoy el director del Sename, Eugenio San Martín; el director de Sernatur, Óscar Santelices, y Guillermo Miranda, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) firmarán un convenio que busca evitar este delito difundiendo sus penalidades entre los turistas en hoteles, centros de convenciones, agencias del ramo y aeropuertos, entre otros lugares.
"El turismo es la actividad a través de la cual la explotación sexual y comercial es muy recurrente", reconoce Óscar Santelices, quien explica que los delincuentes pueden ser viajeros ocasionales, grupos directamente motivados por la posibilidad de pagar a cambio de sexo con niños y niñas o redes de pedofilia o pornografía infantil.
Por su parte, Eugenio San Martín, director del Sename, dice que uno de los fines del plan es informar y generar conciencia, ya que -lamentablemente- hasta hoy existen prejuicios muy difundidos sobre este delito, como que el comercio sexual es voluntario o una opción de los adolescentes que lo practican, lo que es absolutamente falso. "La realidad es que ellos son usados por adultos que ejercen el poder que tienen y se aprovechan de las carencias económicas y afectivas", sostiene.Según la Organización Internacional de Migraciones y Turismo, más de 3 millones de personas viajan cada año por el mundo buscando sexo con niños. La mayoría proviene de países desarrollados, son consumidores de pornografía infantil y tienen a Latinoamérica como uno de sus destinos. En Chile el fenómeno existe, aunque no engrosa la lista de las naciones más afectadas. Este convenio busca, justamente, que eso no ocurra.
De los más de 600 millones de viajes que se producen anualmente en el mundo, un 20% se hace en busca de sexo, y de éstos un 3% -cerca de tres millones de personas- confiesa su interés por tenerlo con niños. ¿Quiénes? Hombres de países desarrollados (la mayoría de EEUU, Alemania, Reino Unido, Australia y Japón) y consumidores de pornografía infantil. ¿Dónde van? Su destino favorito por años fue el sudeste asiático. Pero tras el endurecimiento de penas en esas latitudes, sus ojos se posaron en Latinoamérica que exhibe una legislación más permisiva.
El problema ya es mayúsculo en varias naciones de la región, pese a lo cual algunos gobiernos hacen vista gorda al fenómeno por el ingreso de divisas que genera el turismo en esos países. Chile rechaza esa mirada y por eso hoy el director del Sename, Eugenio San Martín; el director de Sernatur, Óscar Santelices, y Guillermo Miranda, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) firmarán un convenio que busca evitar este delito difundiendo sus penalidades entre los turistas en hoteles, centros de convenciones, agencias del ramo y aeropuertos, entre otros lugares.
"El turismo es la actividad a través de la cual la explotación sexual y comercial es muy recurrente", reconoce Óscar Santelices, quien explica que los delincuentes pueden ser viajeros ocasionales, grupos directamente motivados por la posibilidad de pagar a cambio de sexo con niños y niñas o redes de pedofilia o pornografía infantil.
Necesitan protección
Por eso es necesario visibilizar el problema. Porque se trata de menores de sectores vulnerables de la sociedad, sin redes de protección y sin familia de apoyo. De hecho, en la mayoría de los casos, según datos del Sename, ésta conoce y hasta promueve el pago a cambio de sexo. "Entonces ¿quién va a denunciar este abuso, quién va a reportar la desaparición de un niño?", se pregunta Denisse Araya, directora de la ONG Raíces y gestora de la campaña "No hay excusa", que ha instalado el problema en el debate público.
Para ella, el problema en Chile se minimiza, porque no se ve, es silencioso y existen pocos datos que den cuenta de su realidad. Sólo existe un estudio realizado por la Universidad Arcis (encargado por el Sename y la OIT en 2003), que revela la existencia de tres mil 700 niños explotados sexualmente. La mayoría son parte del comercio sexual callejero, el más común en Chile. Niños que son prostituidos. De turismo sexual infantil no hay cifras concretas ni estudios y aunque el director del Sename afirma que en los 14 programas de la institución que atienden a víctimas de explotación sexual, no han llegado casos asociados a extranjeros, existen a nivel de ONG- datos de turismo sexual vinculados a cafés con piernas en Valparaíso y schoperías en el norte del país, entre otros. Eso sin contar con el mudo trabajo de proxenetas fuera de hoteles y de pedófilos en internet. Sename está consciente del riesgo y por eso pretende dar una señal clara tendiente a prevenir su aumento.
"Ése es el objetivo de asociar a distintas instituciones en la sensibilización del problema", dice San Martín, quien adelanta a La Nación que el Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior incorporará explícitamente en su formulario migratorio advertencias que señalen que en Chile el comercio sexual es un delito.
Sernatur hará lo mismo en sus campañas de difusión, folletos o talleres, focalizándose en los puntos donde se han registrado más casos: Antofagasta, Valparaíso y Santiago (ver infografía).
Por su parte, María Jesús Silva, coordinadora del programa "Prevención y eliminación de explotación sexual comercial infantil en Chile" para la OIT, dice que con el aumento del comercio y el turismo también crecen los riesgos y la trata de personas (ver dato), pues es uno de los negocios más rentables después de las armas, las drogas y la pornografía. "La experiencia indica que lo adecuado es centrar la prevención en el consumidor de comercio sexual y no desde el niño o niña que ya ha sido suficientemente vulnerado en sus derechos", dice.
http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20090518/pags/20090518213501.html
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