Artículo dle 7 de Febrero del 2009
Primera entrega El material ilícito está al alcance de todos. EDH verificó que hay videos eróticos, protagonizados por niños en varias salas de Internet.
Jairo (nombre ficticio) sabe que en un cibercafé, que se ubica en la calle principal de la colonia Chaparrastique, hay videos de pornografía infantil. El niño tiene 11 años y, tras varios meses de acudir a diario a la sala de cómputo, es adicto a esos recursos.
Triste, pero no es el único sitio en el que se renta el servicio de Internet y la pornografía abunda.
A inicios del año, Jairo llegó al local para realizar una tarea y su encuentro con la pornografía fue accidental. Para que el dependiente del local le imprimiera las hojas que había escrito, era necesario que guardara el archivo en el computador central del local.
Sólo lo guardó, pero no se fijó en qué lugar fue a parar su archivo. Para encontrarlo inició una búsqueda en el disco duro del computador central y encontró una carpeta que estaba titulada Vídeos XXX.
Allí hay una gran cantidad de videos pornográficos -de distintas orientaciones sexuales-, repartidos en diferentes carpetas.
Dice que la abrió sin saber lo que encontraría, y, al hacerlo, ante sus ojos se desplegaron imágenes de sexo explícito, pero de adultos.
En esa ocasión, el cronómetro que mide la hora pagada con anticipación le impidió revisar todo el material almacenado en la red local, por lo que decidió volver al siguiente día, con la excusa de terminar las tareas de la escuela.
Pocos días después el menor se topó con que, en la misma carpeta, habían almacenadas imágenes de niños y niñas de su edad, teniendo relaciones sexuales.
Tras conocer en detalle el testimonio del menor, El Diario de Hoy fue al lugar para verificar la existencia del material. Para llegar a ellos hay que entrar al icono Mis Sitios de Red, luego, a la carpeta titulada Vídeos XXX. Allí hay varias carpetas, pero la pornografía infantil está dentro de la carpeta titulada CWC.
Los videos tienen escenas explícitas de sexo entre menores de edad y están titulados, en su mayoría, con números que hacen referencia a la edad de los actores, por ejemplo, "12 y 14".
Una fuente consultada por El Diario de Hoy confirmó que dos de los ocho videos de pornografía infantil que están en ese cibercafé fueron reproducidos y difundidos a través de teléfonos celulares por miembros de una red de pornografía que opera en el departamento de Usulután.
Depredadores sexuales
Para el médico siquiatra Jorge Albayeros, este tipo de establecimientos pueden ser aprovechados por depredadores sexuales. El profesional opina que el uso de pornografía infantil para atraer clientes "no es más que un elemento de la misma decadencia social, de la rapiña en la que se ha convertido lo sexual", dice.
Él es del criterio de que quienes guardan pornografía infantil lo hacen porque es rentable, "pero es vedado", afirma el siquiatra.
Albayeros dice que los propietarios de este tipo de negocios deben ser responsables y bloquear el acceso a sitios pornográficos a los menores de 18 años. "Hoy en día hay baby sitter (niñeras) electrónicas que algunos negocios de estos ya están usando para que los niños no puedan accesar a contenidos indebidos", comentó.
Otro elemento que destaca el especialista es que, luego de ver materiales pornográficos, según él, es frecuente que los adolescentes busquen acercamiento con otras personas a través de las salas de chat, que "también pueden ser aprovechadas por pedófilos (personas que sienten atracción sexual por niños)", aseguró.
Jairo, el menor que reveló la existencia del material ilegal es fiel testigo de ello, porque cuando ya conocía bien el contenido de los computadores del cibercafé, decidió buscar "pareja" en una sala de chat. Sólo quería buscar una persona de su edad para practicar lo aprendido en los videos.
Hizo contacto con alguien que se suponía tenía 13 años, pero cuando se conocieron se percató que se trataba de un joven universitario, de 24 años.
El hombre trató de obligarlo a sostener relaciones con él, pero el chico logró escapar. Ahora Jairo sigue apasionándose por los materiales pornográficos. Almacena en su memoria un directorio de sitios pornográficos en la red.
El chat también es una herramienta para conseguir parejas casuales. Ha aprendido a defenderse de los depredadores, dice.
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6375&idArt=3323989
Primera entrega El material ilícito está al alcance de todos. EDH verificó que hay videos eróticos, protagonizados por niños en varias salas de Internet.
Jairo (nombre ficticio) sabe que en un cibercafé, que se ubica en la calle principal de la colonia Chaparrastique, hay videos de pornografía infantil. El niño tiene 11 años y, tras varios meses de acudir a diario a la sala de cómputo, es adicto a esos recursos.
Triste, pero no es el único sitio en el que se renta el servicio de Internet y la pornografía abunda.
A inicios del año, Jairo llegó al local para realizar una tarea y su encuentro con la pornografía fue accidental. Para que el dependiente del local le imprimiera las hojas que había escrito, era necesario que guardara el archivo en el computador central del local.
Sólo lo guardó, pero no se fijó en qué lugar fue a parar su archivo. Para encontrarlo inició una búsqueda en el disco duro del computador central y encontró una carpeta que estaba titulada Vídeos XXX.
Allí hay una gran cantidad de videos pornográficos -de distintas orientaciones sexuales-, repartidos en diferentes carpetas.
Dice que la abrió sin saber lo que encontraría, y, al hacerlo, ante sus ojos se desplegaron imágenes de sexo explícito, pero de adultos.
En esa ocasión, el cronómetro que mide la hora pagada con anticipación le impidió revisar todo el material almacenado en la red local, por lo que decidió volver al siguiente día, con la excusa de terminar las tareas de la escuela.
Pocos días después el menor se topó con que, en la misma carpeta, habían almacenadas imágenes de niños y niñas de su edad, teniendo relaciones sexuales.
Tras conocer en detalle el testimonio del menor, El Diario de Hoy fue al lugar para verificar la existencia del material. Para llegar a ellos hay que entrar al icono Mis Sitios de Red, luego, a la carpeta titulada Vídeos XXX. Allí hay varias carpetas, pero la pornografía infantil está dentro de la carpeta titulada CWC.
Los videos tienen escenas explícitas de sexo entre menores de edad y están titulados, en su mayoría, con números que hacen referencia a la edad de los actores, por ejemplo, "12 y 14".
Una fuente consultada por El Diario de Hoy confirmó que dos de los ocho videos de pornografía infantil que están en ese cibercafé fueron reproducidos y difundidos a través de teléfonos celulares por miembros de una red de pornografía que opera en el departamento de Usulután.
Depredadores sexuales
Para el médico siquiatra Jorge Albayeros, este tipo de establecimientos pueden ser aprovechados por depredadores sexuales. El profesional opina que el uso de pornografía infantil para atraer clientes "no es más que un elemento de la misma decadencia social, de la rapiña en la que se ha convertido lo sexual", dice.
Él es del criterio de que quienes guardan pornografía infantil lo hacen porque es rentable, "pero es vedado", afirma el siquiatra.
Albayeros dice que los propietarios de este tipo de negocios deben ser responsables y bloquear el acceso a sitios pornográficos a los menores de 18 años. "Hoy en día hay baby sitter (niñeras) electrónicas que algunos negocios de estos ya están usando para que los niños no puedan accesar a contenidos indebidos", comentó.
Otro elemento que destaca el especialista es que, luego de ver materiales pornográficos, según él, es frecuente que los adolescentes busquen acercamiento con otras personas a través de las salas de chat, que "también pueden ser aprovechadas por pedófilos (personas que sienten atracción sexual por niños)", aseguró.
Jairo, el menor que reveló la existencia del material ilegal es fiel testigo de ello, porque cuando ya conocía bien el contenido de los computadores del cibercafé, decidió buscar "pareja" en una sala de chat. Sólo quería buscar una persona de su edad para practicar lo aprendido en los videos.
Hizo contacto con alguien que se suponía tenía 13 años, pero cuando se conocieron se percató que se trataba de un joven universitario, de 24 años.
El hombre trató de obligarlo a sostener relaciones con él, pero el chico logró escapar. Ahora Jairo sigue apasionándose por los materiales pornográficos. Almacena en su memoria un directorio de sitios pornográficos en la red.
El chat también es una herramienta para conseguir parejas casuales. Ha aprendido a defenderse de los depredadores, dice.
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6375&idArt=3323989
No hay comentarios:
Publicar un comentario