Artículo del 2 de Junio del 2009
A los niños, las niñas y los jóvenes les gusta fotografiarse y tomarse video con su teléfono celular. Lo anterior, los menores lo hacen, sin percatarse de que ese puede ser el primer paso para caer en las manos de un adulto que pueda usar sus imágenes para pornografía infantil, un delito que a las autoridades les cuesta cuantificar por ser silencioso. Sin denuncia.
La web es una buena forma de producirlo y expandirlo. Desde 2006, un total de 20 delitos relacionados con pornografía infantil han sido judicializados en el país, según datos de la Fiscalía.
Sentados, parados, con los amigos o con la familia, no importa el lugar o el momento, siempre hay tiempo para sonreír. La tecnología les permiten a los niños compartir sus momentos especiales con sus amigos a través del monitor de una computadora con acceso a internet.
Hi5, Facebook, Messenger y “chatear” son palabras comunes que se pronuncian todos los días en los pasillos de las escuelas y colegios. Quien tiene más amigos agregados es más popular. Punto.
Por su naturaleza, los niños no saben que sus videos y fotos pueden ir cambiando de tendencia, si una persona mayor, a través de una computadora, los induce a efectuar actos de índole sexual.
Para estar aliado a la tecnología no hay edad. Milena tiene 15 años de edad, es delgada, pelo liso, y gracias a que en su casa posee acceso a internet tiene tiempo por las tardes para conversar con sus amigos y subir fotos al Hi5. También tiene Facebook y cuenta de correo.
Su primo Carlitos tiene seis años y también cuenta con los mismos servicios; sin embargo, solo los utiliza para jugar.
“Siempre que salimos a pasear nos tomamos fotos con la familia y las subimos”, dice la pequeña que cursa noveno grado en un colegio católico de San Salvador.
En el centro de estudios también se fotografía con sus amigas. Mensajes como “te quiero mucho amiga”, “sos lo máximo” y “qué linda te ves” puestos en el Hi5 o Facebook, entre otras redes, acompañan los pies de foto escritos por amigos y extraños.
Peligro en casa
Es allí, en ese tipo de redes, que los pornógrafos identifican a sus víctimas y las inducen a hacer escenas pornográficas.
Según un estudio de investigación de la ONG Intervida, el anonimato de las redes permite facilitar el delito de pornografía infantil, pues los menores sienten confianza y les cuentan sus intimidades a extraños, que poco a poco solicitan datos, fotos y hasta números telefónicos.
“Sí, he hecho amigos de otros colegios en internet, pero no le hablamos (‘chateamos’) a cualquiera porque dice mi mamá que puede ser gente que nos puede hacer algo”, sentencia la jovencita, quien asegura que nunca ha conocido en persona a ninguno de sus amigos cibernéticos.
En efecto, Guadalupe Portillo, responsable de la promoción y protección de derechos de la infancia de Intervida, asegura que los chats, las redes sociales y los blogs son los sitios donde los violadores seleccionan a sus víctimas y los promotores de pornografía infantil concretan sus planes sacando su material.
“Les ganan la confianza y por medio de las cámaras web les van diciendo qué hacer. A las niñas les piden que se quiten la blusa y que se toquen sus partes íntimas. Con los niños, les piden que se masturben y ellos por medio de un programa los graban”, describió Portillo al comentar el modo operativo de las personas que cometen el delito.
Inconscientemente, tras caer en el protagonismo de ese material, los menores se vuelven en el objeto de trabajo de los distribuidores, quienes venden de forma ilegal el material. Aunque no esté ratificado este proceder es parte de las peores formas de trabajo infantil.
Es entonces, donde el papel de los padres de familia entra en juego.
Milena sabe los peligros; sin embargo, no entiende la magnitud que tiene ni las consecuencias que puedan surgir.
“El problema es que hay que comprobar y deducir responsabilidades, por eso no todos los casos se judicializan”, dice Nori Flores, jefa de la unidad contra menores y la mujer de la Fiscalía.
Aunque la institución actúa de oficio, la falta de denuncia impide identificar el delito.
http://www.laprensagrafica.com/el-salvador/social/39006-pornografia-infantil-utiliza-de-medio-la-web.html
A los niños, las niñas y los jóvenes les gusta fotografiarse y tomarse video con su teléfono celular. Lo anterior, los menores lo hacen, sin percatarse de que ese puede ser el primer paso para caer en las manos de un adulto que pueda usar sus imágenes para pornografía infantil, un delito que a las autoridades les cuesta cuantificar por ser silencioso. Sin denuncia.
La web es una buena forma de producirlo y expandirlo. Desde 2006, un total de 20 delitos relacionados con pornografía infantil han sido judicializados en el país, según datos de la Fiscalía.
Sentados, parados, con los amigos o con la familia, no importa el lugar o el momento, siempre hay tiempo para sonreír. La tecnología les permiten a los niños compartir sus momentos especiales con sus amigos a través del monitor de una computadora con acceso a internet.
Hi5, Facebook, Messenger y “chatear” son palabras comunes que se pronuncian todos los días en los pasillos de las escuelas y colegios. Quien tiene más amigos agregados es más popular. Punto.
Por su naturaleza, los niños no saben que sus videos y fotos pueden ir cambiando de tendencia, si una persona mayor, a través de una computadora, los induce a efectuar actos de índole sexual.
Para estar aliado a la tecnología no hay edad. Milena tiene 15 años de edad, es delgada, pelo liso, y gracias a que en su casa posee acceso a internet tiene tiempo por las tardes para conversar con sus amigos y subir fotos al Hi5. También tiene Facebook y cuenta de correo.
Su primo Carlitos tiene seis años y también cuenta con los mismos servicios; sin embargo, solo los utiliza para jugar.
“Siempre que salimos a pasear nos tomamos fotos con la familia y las subimos”, dice la pequeña que cursa noveno grado en un colegio católico de San Salvador.
En el centro de estudios también se fotografía con sus amigas. Mensajes como “te quiero mucho amiga”, “sos lo máximo” y “qué linda te ves” puestos en el Hi5 o Facebook, entre otras redes, acompañan los pies de foto escritos por amigos y extraños.
Peligro en casa
Es allí, en ese tipo de redes, que los pornógrafos identifican a sus víctimas y las inducen a hacer escenas pornográficas.
Según un estudio de investigación de la ONG Intervida, el anonimato de las redes permite facilitar el delito de pornografía infantil, pues los menores sienten confianza y les cuentan sus intimidades a extraños, que poco a poco solicitan datos, fotos y hasta números telefónicos.
“Sí, he hecho amigos de otros colegios en internet, pero no le hablamos (‘chateamos’) a cualquiera porque dice mi mamá que puede ser gente que nos puede hacer algo”, sentencia la jovencita, quien asegura que nunca ha conocido en persona a ninguno de sus amigos cibernéticos.
En efecto, Guadalupe Portillo, responsable de la promoción y protección de derechos de la infancia de Intervida, asegura que los chats, las redes sociales y los blogs son los sitios donde los violadores seleccionan a sus víctimas y los promotores de pornografía infantil concretan sus planes sacando su material.
“Les ganan la confianza y por medio de las cámaras web les van diciendo qué hacer. A las niñas les piden que se quiten la blusa y que se toquen sus partes íntimas. Con los niños, les piden que se masturben y ellos por medio de un programa los graban”, describió Portillo al comentar el modo operativo de las personas que cometen el delito.
Inconscientemente, tras caer en el protagonismo de ese material, los menores se vuelven en el objeto de trabajo de los distribuidores, quienes venden de forma ilegal el material. Aunque no esté ratificado este proceder es parte de las peores formas de trabajo infantil.
Es entonces, donde el papel de los padres de familia entra en juego.
Milena sabe los peligros; sin embargo, no entiende la magnitud que tiene ni las consecuencias que puedan surgir.
“El problema es que hay que comprobar y deducir responsabilidades, por eso no todos los casos se judicializan”, dice Nori Flores, jefa de la unidad contra menores y la mujer de la Fiscalía.
Aunque la institución actúa de oficio, la falta de denuncia impide identificar el delito.
http://www.laprensagrafica.com/el-salvador/social/39006-pornografia-infantil-utiliza-de-medio-la-web.html
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