domingo, 28 de diciembre de 2008

ARTICULO: Una fábulo sobre los psiquiátricos penitenciarios (por Lourdes Chasco)

Artículo del 18 de Diciembre del 2008

COMENTARIO: La eterna pregunta de, si la acción viene derivada de un problema psicológico, parafilia u otra afección que pudiese haber derivado una conducta así, ¿se consegue la rehabilitación del individuo con el ingreso en prisión sin contar quizás con las medidas adecuadas para su tratamiento?

Hay problemas penitenciarios viejos en el tiempo y que parecen no calar en nosotros. En estos casos, viene siendo costumbre en este blog, que nuestros planteamientos vayan precedidos de un relato. Solo pretendemos que vuestra mirada se detenga.

El cuento de hoy "La Casa de los Locos" es la historia de un pintor que, siguiendo un encargo y pincel en mano, colocó sobre el lienzo un imaginario de personajes dementes, exagerados, olvidadizos, desencajados, perdidos, aniquilados, indefensos. Solo una única condición se le impuso, todo lo reflejado en el cuadro debía ser ficción.

Las figuras moraban en la misma casa, y se les podía ver con las miradas perdidas y a la deriva paseando desconfiados. Desconocedores de haber sido tachados de peligrosos, otros personajes no menos curiosos los mantenían en los límites de sus estancias. Nada justificaba que habitasen la casa. Simplemente eran enfermos y su enfermedad les impedía discernir el bien del mal, el aquí y el ahora y otras muchas cuestiones importantes.

El pintor, guiado por una creatividad más y más exacerbada, fue esbozando nuevas formas, haciendo del lienzo un bodegón de monstruos con miembros superpuestos que se apiñan, empujan, agreden; cada vez más anulados, cada vez menos humanos, cada vez más irreales. Los cuidadores se contentaban con mantener las puertas cerradas.

Su obra cambiaba cuando el artista se dedicaba al descanso. Se hizo tan grotesca la pintura que la casa de los locos, que era como él la llamaba, ocupaba sus sueños y vigilias. Quiso el pintor borrar todo aquello, pero a su mecenas no le preocupaba lo más mínimo que todo aquel imaginario no recuperase su cordura. En modo alguno escuchó al pintor y menos le permitió destruir su dantesca obra.

Sus contemporáneos tildaron al artista de mero plagiador. El pintor fue juzgado por un grupo de hombres buenos y éstas fueron sus conclusiones.

Poco tiempo necesitaron para estar todos de acuerdo en que la casa de los locos era el reflejo de la realidad de un psiquiátrico penitenciario.

- Los enfermos del lienzo es una imagen particular de todos los que han cometido un delito sin conciencia ni voluntad y están recluidos en esos centros -dijeron.

- No se puede expresar de manera más plástica la sinrazón de ese confinamiento. No tienen que estar en los psiquiátricos porque son inimputables y deben cumplir las medidas de seguridad en los centros sanitarios especiales -alguno de ellos añadió.

Nadie discutió que los cuidadores de la pintura tenían una identidad con los funcionarios de los psiquiátricos penitenciarios, hoy y en ese entorno no curan, son elegidos mayoritariamente para custodiar las puertas.

Los diálogos más animados se iniciaron para explicar el plagio de la imagen del aumento indiscriminado de personajes en el lienzo. Unos se decantaron por la masificación, el hacinamiento; otros vieron en ella la falta de atenciones médicas psiquiátricas adecuadas a sus necesidades de salud mental.

Quedaron todos convencidos de que el hecho de que las figuras se agredan, se transformen solas no puede ocultar la realidad que tiene detrás, los efectos perniciosos que producen los psiquiátricos penitenciarios en las personas que cumplen medida de seguridad en ellos.

El intento de destruir el lienzo se corresponde con las tímidas acciones contrarias al mantenimiento de los psiquiátricos penitenciarios.

- Qué vergüenza -gritaban los más enardecidos- mostrar a la administración penitenciaria y sanitaria, a nuestras instituciones, a la sociedad civil y a los medios de comunicación en ese papel arrogante del Mecenas.

Nada había de novedoso en su obra, nadie pudo defenderle de su condición de plagiador. Poco se supo de los avatares del pintor en los años siguientes, cuentan que acabó confundido y deambula por los pasillos del hospital psiquiátrico de Foncalent.



Dedicado a Jesús Miguel Cáceres García, Jurista de Instituciones Penitenciarias, en respuesta a las reflexiones que hizo con nosotros el día 7 de noviembre de 2008 en los Encuentros de Servicios de Orientación y Asesoramiento Jurídico Penitenciario, y, por qué no decirlo, a su petición de implicación del colectivo.

Me ha gustado ver la presentación que nos entregó y me ha permitido recordar algunas de las ideas que expuso ese día:

Las medidas de seguridad son un fracaso al no existir ni centros ni personal idóneo.
Los enfermos en psiquiátricos penitenciarios "‘cumplen' más cárcel que los presos sanos al no poder acceder a la libertad condicional ni a los beneficios penitenciarios con lo que se agravan las condiciones de ‘cumplimiento' de su ‘condena'".
"Al no existir procedimientos disciplinarios, pero sí sanciones disciplinarias no se aplican las garantías constitucionales (derecho de defensa, medios de prueba, presunción de inocencia, asistencia letrada)".
Ofrecemos este blog como inventario de adhesiones de todos los que consideramos que los enfermos mentales inimputables deben ser tratados en centros sanitarios y no confinados en psiquiátricos penitenciarios. Ofrecemos este blog como inventario de experiencias vividas en los psiquiátricos penitenciarios. Y lo ofrecemos también como inventario de acciones (de los protagonistas, de sus abogados; de los autores, periodistas, conferenciantes; de los "cuidadores" [sus informes, memorias, críticas]; de los juzgadores [sus resoluciones judiciales valientes]; de las asociaciones, colectivos y grupos de presión). Os invitamos a que deis a conocer en esta herramienta las campañas, artículos, obras, foros en los que se vaya a hablar del tema. Desde una revista electrónica de abogados, tenemos una responsabilidad en la defensa de los derechos de los más desfavorecidos.

Es lamentable la supremacía de lo penitenciario sobre lo sanitario. Es lamentable la vulneración de derechos fundamentales. Terminaré con las palabras de Jesús Cáceres: "Un problema de salud debe ser resuelto en un medio sanitario y su rehabilitación posterior debe llevarse a cabo con medidas sanitarias en centros adecuados que NUNCA deben ser cárceles".

Debemos contribuir a visibilizar este problema. Todos podemos hacer algo en nuestro ámbito. Es tiempo de cambiar.

http://www.abogados.es/portalABOGADOS/blogs/lchasco/blogs.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario