Noticia del 25 de Marzo del 2009
La pornografía infantil, el turismo sexual y la trata de menores se han convertido en el látigo de la nueva sociedad tecnológica, caracterizada por el uso masivo de la internet, los celulares y otras herramientas de comunicación. En la mayoría de los casos, las víctimas de estos delitos son menores.
Alberto Mejía Hernández, encargado del Departamento de Investigación de Delito Tecnológico de la Oficina Central de Interpol, afirmó que internet les provee a los pedófilos el espacio propicio para actuar bajo el anonimato y valerse de la curiosidad natural que los niños tienen, así como del interés de los adolescentes en el tema de la sexualidad.
Sin menoscabo de las funciones educativas que la internet tiene, Mejía Hernández externó que, tras hacer el contacto, los acosadores comienzan a ganarse la confianza de los infantes o jóvenes porque se presentan como amigos o amigas de su edad. Luego viene la seducción (que envíen fotografías o se muestren ante la cámara web), el enamoramiento y los ofrecimientos de convertirlos en modelos, según el especialista.
Una vez que se obtiene la afinidad de los niños y jóvenes, éste logra que se concreten reuniones donde tienen la oportunidad de raptarlos, drogarlos y forzarlos a prostituirse. El representante de la sede de Interpol en el país revela que estos delitos son difíciles de comprobar porque en el país no hay una legislación especial. Además, si bien el Código Penal tiene algunos artículos al respecto, los casos se pierden cuando el acto juzgado no coincide con ninguno de los artículos. En el país, esa entidad ha conocido 14 casos y cuatro más siguen bajo investigación.
Mejía citó estadísticas de Estados Unidos y México que revelan cómo los menores pueden ser engañados en cuestión de ocho a 15 minutos. Incluso advierte el caso de menores que pasan 11 horas conectados a la internet sin supervisión.
Algunos de los espacios que frecuentan las personas con inclinación a los materiales pornográficos son los chats, las videoconferencias, las redes de socialización como Hi5. Los usuarios ponen sus fotos sin utilizar filtros; por ello, cualquiera puede hacer uso de las imágenes y distribuirlas a través del sistema de mensajería, celulares y otros.
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6364&idArt=3479512
La pornografía infantil, el turismo sexual y la trata de menores se han convertido en el látigo de la nueva sociedad tecnológica, caracterizada por el uso masivo de la internet, los celulares y otras herramientas de comunicación. En la mayoría de los casos, las víctimas de estos delitos son menores.
Alberto Mejía Hernández, encargado del Departamento de Investigación de Delito Tecnológico de la Oficina Central de Interpol, afirmó que internet les provee a los pedófilos el espacio propicio para actuar bajo el anonimato y valerse de la curiosidad natural que los niños tienen, así como del interés de los adolescentes en el tema de la sexualidad.
Sin menoscabo de las funciones educativas que la internet tiene, Mejía Hernández externó que, tras hacer el contacto, los acosadores comienzan a ganarse la confianza de los infantes o jóvenes porque se presentan como amigos o amigas de su edad. Luego viene la seducción (que envíen fotografías o se muestren ante la cámara web), el enamoramiento y los ofrecimientos de convertirlos en modelos, según el especialista.
Una vez que se obtiene la afinidad de los niños y jóvenes, éste logra que se concreten reuniones donde tienen la oportunidad de raptarlos, drogarlos y forzarlos a prostituirse. El representante de la sede de Interpol en el país revela que estos delitos son difíciles de comprobar porque en el país no hay una legislación especial. Además, si bien el Código Penal tiene algunos artículos al respecto, los casos se pierden cuando el acto juzgado no coincide con ninguno de los artículos. En el país, esa entidad ha conocido 14 casos y cuatro más siguen bajo investigación.
Mejía citó estadísticas de Estados Unidos y México que revelan cómo los menores pueden ser engañados en cuestión de ocho a 15 minutos. Incluso advierte el caso de menores que pasan 11 horas conectados a la internet sin supervisión.
Algunos de los espacios que frecuentan las personas con inclinación a los materiales pornográficos son los chats, las videoconferencias, las redes de socialización como Hi5. Los usuarios ponen sus fotos sin utilizar filtros; por ello, cualquiera puede hacer uso de las imágenes y distribuirlas a través del sistema de mensajería, celulares y otros.
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