Noticia del 16 de Marzo del 2009
¿Qué diferencia al pederasta de otros agresores sexuales? ¿Existe un perfil tipo? ¿Qué relación tiene con el consumidor de pornografía infantil? Son algunas preguntas que han guiado a un equipo de la Universidad de Jaén para diseñar pruebas psicólogicas que la Guardia Civil ya aplica a imputados por estos delitos.
El consumo de pornografía infantil y la pederastia son delitos distintos pero en ocasiones íntimamente relacionados. El estudio psicológico de este tipo de conductas es reciente, y actualmente, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado no trabajan con un perfil tipo del pederasta. Un equipo de psicólogos de la Universidad de Jaén, coordinado por la profesora Ana García León, ha diseñado durante un año un conjunto de herramientas, basadas en preguntas escritas o pruebas digitales, que la Guardia Civil ha empezado a usar con el objetivo de comprobar si existe una relación entre el consumo de pornografía infantil y la pederastia y si hay un perfil del pederasta.
García León elude dar detalles sobre el tipo de pruebas para evitar dar pistas, pero explica que en su diseño se han manejado “variables de personalidad, socioambientales, relacionadas con el propio delito o con la adicción a internet”.
En la fase de diseño, el equipo de psicólogos ha probado las pruebas con personas que no presentan este tipo de conductas y actualmente, la Guardia Civil ha empezado a aplicarlas a imputados por estos delitos. Además, los psicólogos también pasarán estos test en las prisiones a internos condenados por agresiones sexuales de otra índole con el fin de contrastar y ver qué particularidades presentan los pederastas.
“La idea es elaborar un perfil del consumidor de pornografía infantil para ver si es posible delimitar aquellos que puedan dar el salto a la pederastia”, señala García León. La psicóloga subraya que mientras “muchos consumidores acceden a la pornografía por curiosidad pero se limitan a ver las fotos, ni las hacen ni las distribuyen, otros dan el salto a la pederastia cuando toman ellos las imágenes y trafican con ellas”.
Desde el punto de vista legal, están tipificados como delitos distintos y no se castigan igual. El objetivo de este proyecto –en el que colaboran la Universidad de Jaén y la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil–, es determinar si existen también variaciones psicológicas y coincidencias que permitan prever futuras conductas pederastas y adoptar medidas preventivas.
http://www.elcorreodeandalucia.es/noticia.asp?idnoticia=4424170096095094095095424170
¿Qué diferencia al pederasta de otros agresores sexuales? ¿Existe un perfil tipo? ¿Qué relación tiene con el consumidor de pornografía infantil? Son algunas preguntas que han guiado a un equipo de la Universidad de Jaén para diseñar pruebas psicólogicas que la Guardia Civil ya aplica a imputados por estos delitos.
El consumo de pornografía infantil y la pederastia son delitos distintos pero en ocasiones íntimamente relacionados. El estudio psicológico de este tipo de conductas es reciente, y actualmente, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado no trabajan con un perfil tipo del pederasta. Un equipo de psicólogos de la Universidad de Jaén, coordinado por la profesora Ana García León, ha diseñado durante un año un conjunto de herramientas, basadas en preguntas escritas o pruebas digitales, que la Guardia Civil ha empezado a usar con el objetivo de comprobar si existe una relación entre el consumo de pornografía infantil y la pederastia y si hay un perfil del pederasta.
García León elude dar detalles sobre el tipo de pruebas para evitar dar pistas, pero explica que en su diseño se han manejado “variables de personalidad, socioambientales, relacionadas con el propio delito o con la adicción a internet”.
En la fase de diseño, el equipo de psicólogos ha probado las pruebas con personas que no presentan este tipo de conductas y actualmente, la Guardia Civil ha empezado a aplicarlas a imputados por estos delitos. Además, los psicólogos también pasarán estos test en las prisiones a internos condenados por agresiones sexuales de otra índole con el fin de contrastar y ver qué particularidades presentan los pederastas.
“La idea es elaborar un perfil del consumidor de pornografía infantil para ver si es posible delimitar aquellos que puedan dar el salto a la pederastia”, señala García León. La psicóloga subraya que mientras “muchos consumidores acceden a la pornografía por curiosidad pero se limitan a ver las fotos, ni las hacen ni las distribuyen, otros dan el salto a la pederastia cuando toman ellos las imágenes y trafican con ellas”.
Desde el punto de vista legal, están tipificados como delitos distintos y no se castigan igual. El objetivo de este proyecto –en el que colaboran la Universidad de Jaén y la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil–, es determinar si existen también variaciones psicológicas y coincidencias que permitan prever futuras conductas pederastas y adoptar medidas preventivas.
http://www.elcorreodeandalucia.es/noticia.asp?idnoticia=4424170096095094095095424170
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