domingo, 25 de enero de 2009

ARTICULO: El cerebro de la pedofilia (por Cristina de Martos)

Artículo del 24 de Septiembre del 2008

La pedofilia, o atracción sexual por un niño o una niña, provoca una gran alarma social. Se sabe muy poco acerca de cómo funciona la mente de las personas afectadas por esta enfermedad y qué ocurre para que sientan esta atracción patológica. Un equipo de la Universidad Otto-von-Guericke de Magdeburg, en Alemania, se ha adentrado en el cerebro de los pederastas.

Aunque los datos son muy preliminares, muestran diferencias en la actividad neurológica de los pedófilos comparada con la de sujetos sanos. Estas alteraciones parecen apuntar hacia la existencia de problemas en determinadas áreas del cerebro que están implicadas en el deseo sexual.

Es "el primer paso hacia el establecimiento de la neurobiología de la pedofilia", explica el autor principal del estudio, Georg Northoff. Según este investigador, los resultados "podrían contribuir en un futuro al desarrollo de nuevas y más eficaces terapias" para esta enfermedad.

Para llegar a estas conclusiones Northoff y su equipo observaron mediante una resonancia magnética nuclear funcional la actividad cerebral de 13 pedófilos y 14 sujetos sanos mientras les mostraban imágenes eróticas, emotivas o neutras de adultos. En el estudio, publicado en la revista 'Biological Psychiatry', no se emplearon fotos de menores debido a cuestiones éticas aunque los autores coinciden en la necesidad de hacer ese experimento para obtener más información.

La visión de las fotografías de contenido erótico provoca la activación de determinadas áreas cerebrales implicadas en el deseo sexual. Pero la resonancia detectó un nivel de activación mucho menor en el hipotálamo y en la región dorsal del cerebro medio de los pedófilos.

Esto indica, en opinión de los autores, que estos pacientes son "incapaces de reclutar" las regiones del sistema nervioso autónomo y vegetativo durante la estimulación con elementos, como las fotos mostradas, que despiertan el deseo sexual de los adultos "normales".

Los hallazgos "vienen a confirmar lo que ya se sabía", explica a elmundo.es Francisco Cabello, director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología. Otros estudios de imagen e investigaciones acerca de los patrones de erección habían mostrado anomalías neurológicas en los paidófilos.

Lejos de una explicación concluyente
Teniendo en cuenta los datos aportados, no es posible aseverar que esta baja activación sea la responsable de la patología o si, por el contrario, es el trastorno el que hace que las citadas regiones permanezcan 'frías' ante estos incentivos.

"Lo único que hemos investigado es cómo estos pacientes reaccionan hacia los adultos, así que nuestra investigación sólo puede dar información acerca de por qué estos pacientes no reaccionan ante personas adultas; [pero] no dice nada sobre qué sucede con respecto a los niños. Esto implica que nuestra investigación no revela ninguna causa del trastorno. Tampoco implica que esto sea una consecuencia", ha explicado a elmundo.es Northoff.

"A estas alturas de la investigación, (...) nuestros hallazgos ni siquiera alcanzan el nivel en el que uno puede hablar de causas y consecuencias. Es una descripción que genera nuevas hipótesis para futuras investigaciones que en algún momento puedan trasladarse a alguna aplicación clínica", añade. "Estamos muy lejos de saber cuáles son las causas de este trastorno", coincide Cabello, "es muy complejo".

La cuestión está en que "necesitan mayor nivel de estimulación, por eso buscan experiencias más arriesgadas", explica Francisco Montañés, psiquiatra de la Fundación Hospital Alcorcón, en Madrid.

Esta explicación estaría en consonancia con otro de los hallazgos del equipo alemán. Las áreas responsables del deseo sexual "normal" se activaban con menor intensidad cuanto mayor era la puntuación de los enfermos en la escala de abuso sexual. Los más peligrosos mostraron una menor actividad.

Además, los autores observaron otros fenómenos que podrían explicar algunas de las carencias emocionales observadas en estos sujetos como la falta de asertividad y la inmadurez. El córtex prefrontal dorsolateral, el complejo hipocampo-amígadala y el córtex retroesplenial de las personas con este trastorno tampoco presentaban una actividad normal.

Un campo de trabajo complicado
Se calcula que entre uno y dos de cada 10 niños han sufrido un acercamiento o abuso sexual por parte de un adulto. La pedofilia o paidofilia está dentro de los trastornos conocidos como parafilias, aunque presenta rasgos que la diferencian claramente de las demás. El nivel intelectual y el estatus socioeconómico de estos pacientes es indiferente, al contrario de lo que sucede con los sadomasoquistas, por ejemplo.

"La ausencia física o psíquica de los padres y haber sufrido abusos en la infancia suelen ser rasgos comunes en los paidófilos", explica Cabello. Además, muchos padecen trastornos de personalidad asociados, trastornos de ansiedad o consumo de psicofármacos lo que complica el estudio neurobiológico de la enfermedad.

Otra de las dificultades, que hace peligrar la validez de las investigaciones, es la elección de los sujetos. Según destaca Cabello, los trabajos se realizan con pedófilos convictos, que no suelen ser los más inteligentes y que se prestan a ello a cambio de favores penitenciarios, lo que empaña un poco los resultados que se obtienen.

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2007/09/24/neurociencia/1190646198.html

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