lunes, 19 de enero de 2009

NOTICIA: Una investigación iniciada en Australia lleva a la detención de un pederasta en A Coruña

Noticia del 17 de Enero del 2009

Irlandés y casado con una gallega, dijo que no puede reprimir que le gusten los niños

Una agente de la policía australiana que investigaba casos de pornografía infantil en Internet le puso un cebo. El hombre mordió el anzuelo, se abrió y comenzó a enviarle fotos y vídeos de menores. Peor que eso: llegó incluso a confesarle que había violado a un sobrino, al hijo de una alcohólica... La funcionaria australiana tiró del hilo y descubrió que el hombre vivía al otro lado del planeta, en España. Así que se puso en contacto con la Policía Nacional para advertir de la existencia de un pederasta, y los agentes se presentaron el miércoles en su domicilio del barrio de Novo Mesoiro para arrestarlo. Así es como terminó en la cárcel Brian Gerard Caffrey, un irlandés de 51 años, en paro, afincado en A Coruña y casado con una española. Frente a la titular del Juzgado de Instrucción número siete, el hombre reconoció los hechos.

Las pesquisas policiales comenzaron hace meses. En Australia. Como casi todas las policías del mundo, tiene una brigada que persigue a pederastas que usan Internet para intercambiar archivos y experiencias. La funcionaria, que se hace pasar por hombre y pederasta, bucea por la Red hasta dar con personas de ese tipo. Y apareció Brian Gerard. Al principio, le envió algunas fotografías. A medida que iban pasando los días y las comunicaciones se multiplicaban, el irlandés se fue abriendo cada vez más. Chateaban regularmente y el ahora recluso, aparte de enviarle fotografías y vídeos de contenido sexual con menores, le relataba sus experiencias. Le contó que había abusado de su sobrino, que pagaba a una mujer alcohólica para que le dejase abusar de su hijo, que solía ir a los parques... Aquello alertó todavía más a la australiana. Una cosa eran fotografías y otra mucho más grave eran los abusos. Así que la funcionaria no esperó un minuto más. Según fuentes policiales, la agente se puso en contacto con sus homólogos españoles. Les envió todas las pruebas, con todas las conversaciones, fotos y vídeos. Los agentes descubrieron entonces que el ordenador desde el que se envió a Australia todo aquello estaba en un piso del barrio coruñés de Novo Mesoiro. Y fue inmediatamente detenido.

Los agentes, antes de nada, investigaron el entorno del arrestado. Buscaban a un sobrino, al hijo de una alcohólica. Pero tras tantear a su esposa, a amigos, conocidos y vecinos, se encontraron con que todas esas experiencias que relataba con suma precisión y «chabacanería», según fuentes de la investigación, eran producto de su imaginación. No había nada de eso. No había víctimas. «Se trata de un pederasta pasivo, no activo, de los que les gusta ver fotos y vídeos, pero no pasan a la acción, no abusan», cuenta uno de los agentes que llevó el caso.

Declaración

La detención se produjo el miércoles. Y tras prestar declaración ante la policía, fue ayer puesto a disposición judicial. Frente a la jueza del Juzgado de Instrucción número siete, que esta semana está de guardia, y asistido por un abogado de oficio, el hombre reconoció los hechos. Explicó a la magistrada que le gustaban los menores, que era algo que no podía reprimir, pero también le juró que jamás había puesto la mano encima de un niño. «Solo me gusta mirar fotografías y vídeos. Nada más que eso», declaró. Ante esta situación, y una vez comprobado que el detenido no había cometido abuso alguno, la jueza dictó una orden de prisión sin fianza contra él como supuesto autor de un delito de corrupción de menores en grado de distribución de pornografía.

http://www.lavozdegalicia.es/galicia/2009/01/17/0003_7466631.htm

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