Agentes del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría de Eivissa y de la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) de la Comisaría General de Policía Judicial de Madrid registraron el pasado 24 de marzo en busca de material pornográfico infantil la mansión que tiene en Eivissa el pianista del grupo Ligthouse Family, el londonense de 40 años Paul Tucker.
El Cuerpo Nacional de Policía no ha informado acerca de la operación, pese a que este diario lo ha solicitado en varias ocasiones, pero según publica hoy la revista Interviú los agentes no encontraron en el ordenador del músico ningún archivo incriminatorio. Pese a esto, y siempre según Interviú, Tucker fue conducido ante el juez de guardia de Eivissa, que le comunicó que estaba imputado bajo la acusación de comprar a través de la red imágenes de pornografía infantil. Tampoco en los juzgados de Eivissa trascendió esta noticia. En Sant Josep El 24 de marzo los policías de Eivissa esperaban la llegada de sus colegas de Madrid para entrar en la casa de Tucker, situada en el municipio de Sant Josep. La operación se desarrolló a instancias de la policía del Reino Unido, cuyos expertos detectaron, presuntamente, que el inglés había comprado ese tipo de imágenes. No encontraron nada en los ordenadores que el músico tenía en su casa ibicenca. Según Interviú, la operación, bautizada como Miosis, tiene su origen hace un año en el Reino Unido. Al parecer, los agentes británicos detectaron varias páginas webs que ofertaban material pornográfico infantil y que se podía comprar mediante tarjeta de crédito. Una vez realizada la compra el usuario podía descargarse material durante un mes gracias a una clave facilitada por los resposables de la web en cuestión. 500 usuarios La policía inglesa identificó a más de 500 usuarios de estas páginas mediante sus tarjetas de crédito y sus direcciones IP. Cruzando ambos datos, identificaron a los usuarios y comenzaron a ponerles nombres y apellidos, según Interviú. Así los espcialistas llegaron a Tucker. Supuestamente había empleado tres tarjetas de crédito a su nombre para descargarse material de pornografía infantil: imágenes de niñas de entre 12 y 13 años posando desnudas o semidesnudas, según la misma
En las imágenes no había abusos ni violencia y, según fuentes de la investigación consultadas por Interviú, tenían ciertas pretensiones artísticas. Los cargos de cada una de las compras oscilaban entre los 80 y los 100 dólares estadounidenses. La policía inglesa comprobó en los primeros meses de este año que Tucker había fijado su residencia en la isla, por lo que decidió pedir la colaboración de sus colegas españoles. Tucker negó en los juzgados de Eivissa todos los cargos de los que estaba acusado, pese a las evidencias que le presentaron los policías españoles, que le mostraron los pagos a cargo de sus tarjetas de crédito y las conexiones hechas desde su casa y su oficina. Paul Tucker manifestó en el juzgado de Ibiza que tanto en su domicilio como en su despacho mucha gente empleaba sus ordenadores.
http://www.ultimahora.es/ibiza/segunda-ib.dba?-1+1006+469996
El Cuerpo Nacional de Policía no ha informado acerca de la operación, pese a que este diario lo ha solicitado en varias ocasiones, pero según publica hoy la revista Interviú los agentes no encontraron en el ordenador del músico ningún archivo incriminatorio. Pese a esto, y siempre según Interviú, Tucker fue conducido ante el juez de guardia de Eivissa, que le comunicó que estaba imputado bajo la acusación de comprar a través de la red imágenes de pornografía infantil. Tampoco en los juzgados de Eivissa trascendió esta noticia. En Sant Josep El 24 de marzo los policías de Eivissa esperaban la llegada de sus colegas de Madrid para entrar en la casa de Tucker, situada en el municipio de Sant Josep. La operación se desarrolló a instancias de la policía del Reino Unido, cuyos expertos detectaron, presuntamente, que el inglés había comprado ese tipo de imágenes. No encontraron nada en los ordenadores que el músico tenía en su casa ibicenca. Según Interviú, la operación, bautizada como Miosis, tiene su origen hace un año en el Reino Unido. Al parecer, los agentes británicos detectaron varias páginas webs que ofertaban material pornográfico infantil y que se podía comprar mediante tarjeta de crédito. Una vez realizada la compra el usuario podía descargarse material durante un mes gracias a una clave facilitada por los resposables de la web en cuestión. 500 usuarios La policía inglesa identificó a más de 500 usuarios de estas páginas mediante sus tarjetas de crédito y sus direcciones IP. Cruzando ambos datos, identificaron a los usuarios y comenzaron a ponerles nombres y apellidos, según Interviú. Así los espcialistas llegaron a Tucker. Supuestamente había empleado tres tarjetas de crédito a su nombre para descargarse material de pornografía infantil: imágenes de niñas de entre 12 y 13 años posando desnudas o semidesnudas, según la misma
En las imágenes no había abusos ni violencia y, según fuentes de la investigación consultadas por Interviú, tenían ciertas pretensiones artísticas. Los cargos de cada una de las compras oscilaban entre los 80 y los 100 dólares estadounidenses. La policía inglesa comprobó en los primeros meses de este año que Tucker había fijado su residencia en la isla, por lo que decidió pedir la colaboración de sus colegas españoles. Tucker negó en los juzgados de Eivissa todos los cargos de los que estaba acusado, pese a las evidencias que le presentaron los policías españoles, que le mostraron los pagos a cargo de sus tarjetas de crédito y las conexiones hechas desde su casa y su oficina. Paul Tucker manifestó en el juzgado de Ibiza que tanto en su domicilio como en su despacho mucha gente empleaba sus ordenadores.
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