Artículo del 24 de Julio del 2008
COMENTARIO: No creo que realmente no tenga cura, de hecho con quien he podido hablar sobre el tema y de varios informes psicológicos es cierto que la cura es difícil, pero es justamente difícil porque necesita de la voluntad del sujeto para darse cuenta de factores como el daño que ocasionan los abusos a los niños (tanto físico como psicológico), de ahi que este tipo de problemas se traten principalmente con terapias cognitivas.
También rectificar el punto del artículo del orígen de la parafilia, no habiendose determinado un patrón claro, pero sí con ciertas pautas coincidentes en muchísimos casos como el de una figura paterna ausente y otras pocas más, dándose éstas en individuos de diferentes edades y estatus, e incluso en ocasiones en mujeres, pero esto de forma muy minoritaria.
Resaltar por último el trato de perversión sexual de la parafilia al tratarse de una enfermedad que niega generalmente el daño ocasionado a los menores implicados, tanto de forma física o psicológica, incluso cuando se trata de bebés.
“ Atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes”, es la definición de la Real Academia Española sobre pedofilia, una desviación sexual cada vez más común.
La pedofilia es la atracción sexual hacia niños o adolescentes sin que signifique que la persona que siente este deseo abuse sistemáticamente de menores de edad. Cuando la atracción se transforma en abuso de menores se convierte en delito, contemplado en el derecho penal de casi todos los países del mundo.
El psicoanalista Andrés Rascovsky, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), aseguró a Perfil.com que “el pedófilo tiene fijaciones infantiles que transgreden las normas de sexualidad. Tiene una perversión y niega que esté haciendo un daño. Son personas que fueron abusados en su infancia y repiten este tipo de conducta”.
“Son perversos y sádicos y están haciendo un daño irreversible. No hay cura para los pedófilos, sólo pueden ser contenidos y reprimir su deseo sexual hacia los niños”, afirma Rascovsky.
Internet hizo que en la modernidad el delito de abuso de menores se propague con mucha más velocidad, ya que es una práctica habitual en la pedofilia sacar fotos de pornografía infantil y subir las imágenes a la web, a veces como perversión pero la mayoría de los casos como un negocio atroz que se expande sin control.
La detención por del psicólogo Jorge Corsi, acusado de liderar una red de pedofilia, despertó el estupor de la opinión pública por tratarse de un reconocido académico especializado en violencia familiar, que conocía desde la psicología el comportamiento de los niños y adolescentes.
“Si no hay marcas, no hay delito, no hay enfermedad, y por lo tanto nadie les cree a las víctimas y después vienen las consecuencias psicológicas, físicas y hasta la muerte”, aseguró Corsi en uno de sus numerosos libros sobre el tema.
Para el psicoanalista de APA, “ Corsi debe tener una personalidad disociada, se divide en dos partes y no llega a su inconsciente el daño que está siendo con estas actitudes”.
Según datos de la Asociación contra la Pornografía Infantil (ACPI), el 50% de los delitos que se cometen en Internet están relacionados con la producción difusión y venta de pornografía infantil.
Perfil del pedófilo. ACPI señala que las personas que sienten atracción hacia niños o adolescentes son hombres en un 90%, que acceden a profesiones calificadas y se encuentran integradas a la sociedad. Se cree que entre un 50 y 60% no recibieron muestras de afecto entre su niñez o adolescencia.
Desarrollan disonancias cognoscitivas, un 66% niega sus crímenes o los minimiza y presentan falta de empatía y baja autoestima. Un dato alarmante es que tienen un alto índice de reincidencia y que el tratamiento resulta poco efectivo en la mayoría de ellos.
Además de Internet, otro ámbito donde suelen repetirse los casos de pedofilia es en el religioso, ya que muchos sacerdotes caen en esta desviación sexual. El mismo Papa Benedicto XVI pidió perdón por los abusos de los sacerdotes pedofilos.
“ Lamento profundamente el dolor y sufrimiento que han soportado las víctimas", aseguró durante su viaje a Australia, donde participó en las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ).
Uno de los casos recientes más reconocidos es el del cura francés Pierre Etienne que reconoció cometer más de 50 agresiones sexuales a niños y niñas de entre 4 y 15 años, entre 1985 y 2000.
http://www.perfil.com/contenidos/2008/07/24/noticia_0025.html
COMENTARIO: No creo que realmente no tenga cura, de hecho con quien he podido hablar sobre el tema y de varios informes psicológicos es cierto que la cura es difícil, pero es justamente difícil porque necesita de la voluntad del sujeto para darse cuenta de factores como el daño que ocasionan los abusos a los niños (tanto físico como psicológico), de ahi que este tipo de problemas se traten principalmente con terapias cognitivas.
También rectificar el punto del artículo del orígen de la parafilia, no habiendose determinado un patrón claro, pero sí con ciertas pautas coincidentes en muchísimos casos como el de una figura paterna ausente y otras pocas más, dándose éstas en individuos de diferentes edades y estatus, e incluso en ocasiones en mujeres, pero esto de forma muy minoritaria.
Resaltar por último el trato de perversión sexual de la parafilia al tratarse de una enfermedad que niega generalmente el daño ocasionado a los menores implicados, tanto de forma física o psicológica, incluso cuando se trata de bebés.
“ Atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes”, es la definición de la Real Academia Española sobre pedofilia, una desviación sexual cada vez más común.
La pedofilia es la atracción sexual hacia niños o adolescentes sin que signifique que la persona que siente este deseo abuse sistemáticamente de menores de edad. Cuando la atracción se transforma en abuso de menores se convierte en delito, contemplado en el derecho penal de casi todos los países del mundo.
El psicoanalista Andrés Rascovsky, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), aseguró a Perfil.com que “el pedófilo tiene fijaciones infantiles que transgreden las normas de sexualidad. Tiene una perversión y niega que esté haciendo un daño. Son personas que fueron abusados en su infancia y repiten este tipo de conducta”.
“Son perversos y sádicos y están haciendo un daño irreversible. No hay cura para los pedófilos, sólo pueden ser contenidos y reprimir su deseo sexual hacia los niños”, afirma Rascovsky.
Internet hizo que en la modernidad el delito de abuso de menores se propague con mucha más velocidad, ya que es una práctica habitual en la pedofilia sacar fotos de pornografía infantil y subir las imágenes a la web, a veces como perversión pero la mayoría de los casos como un negocio atroz que se expande sin control.
La detención por del psicólogo Jorge Corsi, acusado de liderar una red de pedofilia, despertó el estupor de la opinión pública por tratarse de un reconocido académico especializado en violencia familiar, que conocía desde la psicología el comportamiento de los niños y adolescentes.
“Si no hay marcas, no hay delito, no hay enfermedad, y por lo tanto nadie les cree a las víctimas y después vienen las consecuencias psicológicas, físicas y hasta la muerte”, aseguró Corsi en uno de sus numerosos libros sobre el tema.
Para el psicoanalista de APA, “ Corsi debe tener una personalidad disociada, se divide en dos partes y no llega a su inconsciente el daño que está siendo con estas actitudes”.
Según datos de la Asociación contra la Pornografía Infantil (ACPI), el 50% de los delitos que se cometen en Internet están relacionados con la producción difusión y venta de pornografía infantil.
Perfil del pedófilo. ACPI señala que las personas que sienten atracción hacia niños o adolescentes son hombres en un 90%, que acceden a profesiones calificadas y se encuentran integradas a la sociedad. Se cree que entre un 50 y 60% no recibieron muestras de afecto entre su niñez o adolescencia.
Desarrollan disonancias cognoscitivas, un 66% niega sus crímenes o los minimiza y presentan falta de empatía y baja autoestima. Un dato alarmante es que tienen un alto índice de reincidencia y que el tratamiento resulta poco efectivo en la mayoría de ellos.
Además de Internet, otro ámbito donde suelen repetirse los casos de pedofilia es en el religioso, ya que muchos sacerdotes caen en esta desviación sexual. El mismo Papa Benedicto XVI pidió perdón por los abusos de los sacerdotes pedofilos.
“ Lamento profundamente el dolor y sufrimiento que han soportado las víctimas", aseguró durante su viaje a Australia, donde participó en las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ).
Uno de los casos recientes más reconocidos es el del cura francés Pierre Etienne que reconoció cometer más de 50 agresiones sexuales a niños y niñas de entre 4 y 15 años, entre 1985 y 2000.
http://www.perfil.com/contenidos/2008/07/24/noticia_0025.html
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