Noticia del 15 de Julio del 2009
Leticia, es una niña indocumentada de 14 años aspirante al sueño americano que comercia su cuerpo en una cantina de este municipio fronterizo con Guatemala.
Sabe que las condiciones para llegar a la unión americana no son fáciles pero lo intentará.
Tiene casi dos años en su odisea.
Sin embargo, está consciente que es una de tantas adolescentes centroamericanas sumidas en la miseria que deciden dejar su casa para embarcarse en una aventura de futuro incierto.
La deportación es casi segura, admite seria.
Su situación no es diferente a la de decenas o quizás cientos de menores de edad que ven en el comercio sexual en esta zona “el camino para conseguir dinero rápido” y continuar su camino.
Son víctimas de explotación de las redes internacionales de tratantes de blancas que se aprovechan de la situación de sus empobrecidas aldeas y las enganchan antes o después de cruzar el río Suchiate o en los puntos ciegos (caminos de extravío) a lo largo de la frontera.
Son esclavas sexuales, definen las ONGs.
La adolescente cuenta que en enero cruzó nuevamente la frontera, sexta en dos años, desde la primera -en 2007- cuya idea central era quedarse aquí para trabajar y después traer a su familia para comenzar una vida alejada de la miseria y la violencia de su país de origen.
Para comer se empleaba en lo que fuera.
Y así del servicio domestico pasó a mesera de cantina, de atender a sedientos clientes que beben raudales de cerveza en esta calurosa zona, a un servicio mucho más personal, el sexual.
“Si me pagan hago lo que quieran”, asegura sin decoro mientras checa su rededor copado de clientela.
*****
Un pollero le ofreció por 3 mil 500 dólares conducirla a la frontera con Estados Unidos donde otro contacto la trasladaría a Texas o al estado que eligiera con un supuesto empleo esperando.
El trato se cerró: una parte en efectivo y otra en especie.
La condujo -con un reducido grupo de centroamericanos- al costeño municipio de Arriaga, en el camino lograron evadir redadas policíacas que buscan inhibir el paso de indocumentados.
Siguieron hasta Oaxaca.
En Chahuites, el presentimiento de que las cosas no saldrían bien la hizo reconsiderar la idea.
“Sentí desconfianza, miedo, mi corazón me decía que no iba salir bien”, asegura ahora con más calma.
Sin dinero ni ayuda regresó a Suchiate, conoció a Mariela, la mesera que le abrió paso al oficio.
Esta menor de edad originaria de San Pedro Sula, Honduras, es una de tantas centroamericanas que no han logrado cruzar el país en su intento de llegar a la unión americana.
Los más de 700 kilómetros de frontera de México con Guatemala y Belice han convertido la parte que le corresponde al estado en un paraíso sexual y de pornografía infantil.
Son incontables las redes de comercio sexual que operan en completa impunidad con mujeres centroamericanas de 12 a 30 años en más de 18 municipios chiapanecos cercanos a Guatemala.
Cada una tiene su historia.
En Tuxtla Chico es común que las muchachas centroamericanas ofrezcan sus servicios en establecimientos de la zona comercial situada no muy lejos de la caseta migratoria Talismán.
***
El director del Movimiento Ciudadano de la Frontera Sur, Juan José Gonzáles, reconoció que el fenómeno de la prostitución se ha incrementado en la región de modo alarmante.
Señaló que no son casos aislados.
En las calles, cantinas, discotecas, afuera de escuelas o centros comerciales de ciudades como Suchiate, Tapachula, Cacahoatán, Tuxtla Chico o Huixtla es común encontrar mujeres de diferentes edades ofreciendo sus servicios a cualquier hora del día o de la noche.
Según estudios de la UNICEF y de la Red de Organizaciones para la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes ECPAT, las cifras oficiales son difíciles de conseguir.
Sin embargo, ahora estiman que más de 24 mil menores de edad son víctimas de explotación sexual o de pornografía infantil a lo largo y ancho de México desde finales del 2008.
El comercio sexual deja ganancias superiores a los 12 mil millones de dólares en el mundo, dice Gonzáles.
***
Leticia, una de las muchachas más requeridas en esta cantina a orillas del río Suchiate.
Según ella, cobra de acuerdo a lo que el cliente pida.
Incluso, las primerizas pueden ofrecer su virginidad entre 2500 a 3000 pesos por una noche.
Señala que este no fue su caso: “yo quería casarme con mi novio, pero me dejo cuando supo que estaba embarazada, aborte a los dos meses, la soledad y la decepción no me dejaron otro camino”.
Paso de la infancia a una aparente madurez.
Las mujeres aquí se ofertan por la necesidad del dinero que les permita continuar su camino a Estados Unidos.
La cantina está abarrotada, meseras van y vienen con cerveza, miradas de desconfianza se cruzan con las de lascivia, entre lo alto de la música y el murmullo de ebrios se negocia con ellas.
El lugar apesta horrible.
Es común encontrar hombres armados en sitios como este, a todo lo largo de los establecimientos de este municipio, considerado como uno de los más peligrosos del estado.
El ambiente es más pesado.
***
El calor del medio día es insoportable, cerca de esta insegura cantina se puede ver a cientos de guatemaltecos que cruzan el caudaloso río sobre cámaras de tractor que usan como balsas.
La policía y los militares mexicanos no se inmutan, es normal asegura la gente de Suchiate porque el intercambio comercial entre habitantes fronterizos de los 2 países es intenso.
Leticia, asegura que muchos clientes no sólo quieren tener sexo, sino que los fotografíen o los graben en cintas de video o en teléfonos celulares a cambio de una cantidad adicional.
Las que no acceden son lastimadas.
Según ella, en los hoteles hay cámaras ocultas en puntos estratégicos para que no se den cuenta que las graban.
***
Los cónsules de Centroamérica admiten que el fenómeno de la explotación sexual y pornografía infantil es tan delicado como tan complicado que requiere de la colaboración de las autoridades del hemisferio para combatir y castigar ejemplarmente a los responsables.
Los legisladores mexicanos han aprobando Leyes que castigan con mayor severidad estos delitos.
Pero las redes criminales cuentan con la protección de miembros de las mismas corporaciones policíacas que reciben dinero o incluso los servicios sexuales de las adolescentes.
Los policías municipales y agentes de migración acumulan el mayor número de denuncias.
***
Expertos en asuntos fronterizos como la académica alemana, Katherine Dorotea Zeiske, considera que la porosidad de la frontera la convierte en la zona más peligrosa para los inmigrantes.
Los indocumentados buscan explorar nuevos caminos porque los que existían fueron modificados con el paso del huracán Stan que ocasionó inundaciones en 45 municipios en el 2005.
Zeiske, dice que a lo largo de los 300 kilómetros que recorría el ferrocarril de Tapachula a Arriaga operan: asaltantes de caminos a mano armada, pandilleros de la Mara Salvatrucha o agentes corruptos que centran sus ataques en los aspirantes al sueño americano.
***
En un recorrido a lo largo de la frontera se pueden apreciar las condiciones de miseria y marginación de muchas comunidades, factores determinantes para la inmigración indocumentada y para la prostitución de mujeres y hombres que entre más jóvenes mejor se cotizan.
http://www.oloramitierra.com.mx/?mod=read&sec=general&id=19176&titulo=La_frontera_sur_de_M%C3%A9xico,_700_kil%C3%B3metros_de_para%C3%ADso_para_la_explotaci%C3%B3n_sexual_y_pornograf%C3%ADa_infantil
Leticia, es una niña indocumentada de 14 años aspirante al sueño americano que comercia su cuerpo en una cantina de este municipio fronterizo con Guatemala.
Sabe que las condiciones para llegar a la unión americana no son fáciles pero lo intentará.
Tiene casi dos años en su odisea.
Sin embargo, está consciente que es una de tantas adolescentes centroamericanas sumidas en la miseria que deciden dejar su casa para embarcarse en una aventura de futuro incierto.
La deportación es casi segura, admite seria.
Su situación no es diferente a la de decenas o quizás cientos de menores de edad que ven en el comercio sexual en esta zona “el camino para conseguir dinero rápido” y continuar su camino.
Son víctimas de explotación de las redes internacionales de tratantes de blancas que se aprovechan de la situación de sus empobrecidas aldeas y las enganchan antes o después de cruzar el río Suchiate o en los puntos ciegos (caminos de extravío) a lo largo de la frontera.
Son esclavas sexuales, definen las ONGs.
La adolescente cuenta que en enero cruzó nuevamente la frontera, sexta en dos años, desde la primera -en 2007- cuya idea central era quedarse aquí para trabajar y después traer a su familia para comenzar una vida alejada de la miseria y la violencia de su país de origen.
Para comer se empleaba en lo que fuera.
Y así del servicio domestico pasó a mesera de cantina, de atender a sedientos clientes que beben raudales de cerveza en esta calurosa zona, a un servicio mucho más personal, el sexual.
“Si me pagan hago lo que quieran”, asegura sin decoro mientras checa su rededor copado de clientela.
*****
Un pollero le ofreció por 3 mil 500 dólares conducirla a la frontera con Estados Unidos donde otro contacto la trasladaría a Texas o al estado que eligiera con un supuesto empleo esperando.
El trato se cerró: una parte en efectivo y otra en especie.
La condujo -con un reducido grupo de centroamericanos- al costeño municipio de Arriaga, en el camino lograron evadir redadas policíacas que buscan inhibir el paso de indocumentados.
Siguieron hasta Oaxaca.
En Chahuites, el presentimiento de que las cosas no saldrían bien la hizo reconsiderar la idea.
“Sentí desconfianza, miedo, mi corazón me decía que no iba salir bien”, asegura ahora con más calma.
Sin dinero ni ayuda regresó a Suchiate, conoció a Mariela, la mesera que le abrió paso al oficio.
Esta menor de edad originaria de San Pedro Sula, Honduras, es una de tantas centroamericanas que no han logrado cruzar el país en su intento de llegar a la unión americana.
Los más de 700 kilómetros de frontera de México con Guatemala y Belice han convertido la parte que le corresponde al estado en un paraíso sexual y de pornografía infantil.
Son incontables las redes de comercio sexual que operan en completa impunidad con mujeres centroamericanas de 12 a 30 años en más de 18 municipios chiapanecos cercanos a Guatemala.
Cada una tiene su historia.
En Tuxtla Chico es común que las muchachas centroamericanas ofrezcan sus servicios en establecimientos de la zona comercial situada no muy lejos de la caseta migratoria Talismán.
***
El director del Movimiento Ciudadano de la Frontera Sur, Juan José Gonzáles, reconoció que el fenómeno de la prostitución se ha incrementado en la región de modo alarmante.
Señaló que no son casos aislados.
En las calles, cantinas, discotecas, afuera de escuelas o centros comerciales de ciudades como Suchiate, Tapachula, Cacahoatán, Tuxtla Chico o Huixtla es común encontrar mujeres de diferentes edades ofreciendo sus servicios a cualquier hora del día o de la noche.
Según estudios de la UNICEF y de la Red de Organizaciones para la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes ECPAT, las cifras oficiales son difíciles de conseguir.
Sin embargo, ahora estiman que más de 24 mil menores de edad son víctimas de explotación sexual o de pornografía infantil a lo largo y ancho de México desde finales del 2008.
El comercio sexual deja ganancias superiores a los 12 mil millones de dólares en el mundo, dice Gonzáles.
***
Leticia, una de las muchachas más requeridas en esta cantina a orillas del río Suchiate.
Según ella, cobra de acuerdo a lo que el cliente pida.
Incluso, las primerizas pueden ofrecer su virginidad entre 2500 a 3000 pesos por una noche.
Señala que este no fue su caso: “yo quería casarme con mi novio, pero me dejo cuando supo que estaba embarazada, aborte a los dos meses, la soledad y la decepción no me dejaron otro camino”.
Paso de la infancia a una aparente madurez.
Las mujeres aquí se ofertan por la necesidad del dinero que les permita continuar su camino a Estados Unidos.
La cantina está abarrotada, meseras van y vienen con cerveza, miradas de desconfianza se cruzan con las de lascivia, entre lo alto de la música y el murmullo de ebrios se negocia con ellas.
El lugar apesta horrible.
Es común encontrar hombres armados en sitios como este, a todo lo largo de los establecimientos de este municipio, considerado como uno de los más peligrosos del estado.
El ambiente es más pesado.
***
El calor del medio día es insoportable, cerca de esta insegura cantina se puede ver a cientos de guatemaltecos que cruzan el caudaloso río sobre cámaras de tractor que usan como balsas.
La policía y los militares mexicanos no se inmutan, es normal asegura la gente de Suchiate porque el intercambio comercial entre habitantes fronterizos de los 2 países es intenso.
Leticia, asegura que muchos clientes no sólo quieren tener sexo, sino que los fotografíen o los graben en cintas de video o en teléfonos celulares a cambio de una cantidad adicional.
Las que no acceden son lastimadas.
Según ella, en los hoteles hay cámaras ocultas en puntos estratégicos para que no se den cuenta que las graban.
***
Los cónsules de Centroamérica admiten que el fenómeno de la explotación sexual y pornografía infantil es tan delicado como tan complicado que requiere de la colaboración de las autoridades del hemisferio para combatir y castigar ejemplarmente a los responsables.
Los legisladores mexicanos han aprobando Leyes que castigan con mayor severidad estos delitos.
Pero las redes criminales cuentan con la protección de miembros de las mismas corporaciones policíacas que reciben dinero o incluso los servicios sexuales de las adolescentes.
Los policías municipales y agentes de migración acumulan el mayor número de denuncias.
***
Expertos en asuntos fronterizos como la académica alemana, Katherine Dorotea Zeiske, considera que la porosidad de la frontera la convierte en la zona más peligrosa para los inmigrantes.
Los indocumentados buscan explorar nuevos caminos porque los que existían fueron modificados con el paso del huracán Stan que ocasionó inundaciones en 45 municipios en el 2005.
Zeiske, dice que a lo largo de los 300 kilómetros que recorría el ferrocarril de Tapachula a Arriaga operan: asaltantes de caminos a mano armada, pandilleros de la Mara Salvatrucha o agentes corruptos que centran sus ataques en los aspirantes al sueño americano.
***
En un recorrido a lo largo de la frontera se pueden apreciar las condiciones de miseria y marginación de muchas comunidades, factores determinantes para la inmigración indocumentada y para la prostitución de mujeres y hombres que entre más jóvenes mejor se cotizan.
http://www.oloramitierra.com.mx/?mod=read&sec=general&id=19176&titulo=La_frontera_sur_de_M%C3%A9xico,_700_kil%C3%B3metros_de_para%C3%ADso_para_la_explotaci%C3%B3n_sexual_y_pornograf%C3%ADa_infantil
No hay comentarios:
Publicar un comentario